El Museo de la Noguera es actualmente unos de los museos referentes de Cataluña para entender la huella del islam y la sociedad que resultó de las tres culturas que convivieron en el al-Ándalus de la época medieval: musulmanes, cristianos y judíos.
Bajo el título “Hisn Balagi-Balaguer: de la madina a la ciudad” los restos arqueológicos de madina Balaguer nos permiten adentrarnos en el territorio y el contexto político y cultural que determinó nuestra historia mil años atrás.
Al-Ándalus y el condado de Urgel
Bajo el título Al-Ándalus y el condado de Urgel, se explica el marco territorial y político de lo que fue la Marca Superior de al-Ándalus y los condados catalanes, haciendo especial hincapié en el componente social e ideológico de las tres culturas que convivieron en al-Ándalus: musulmanes, cristianos y judíos. A partir de los restos arqueológicos expuestos, se incide en la cultura material propia del mundo andalusí, y la del mundo feudal, representada por el condado de Urgel. Entre los materiales expuestos, destaca el conjunto arqueológico hispanovisigodo del poblado de El Bovalar (Seròs, Segrià), posiblemente el conjunto de inicios del siglo VIII más importante de Cataluña, y entre el que encontramos una amplia representación de cerámicas, instrumentos del campo, hebillas y placas de cinturón..., una copa de cristal y un conjunto monetario. El ámbito expone también la conquista feudal y presenta las imágenes que han llegado hasta nosotros de los condes de Urgel, ya sean pintadas o esculpidas, así como el sarcófago de los hijos de Alfonso el Benigno y Teresa de Entenza, el maestro Aloi de Montbrai.
Madina Balaguer
Los restos arqueológicos del Pla d’Almatà son la base para explicar madina Balaguer, la ciudad andalusí de Balaguer. La ciudad de Balaguer tiene su origen en un campamento militar creado durante el siglo VIII para controlar el río Segre. A partir del siglo X, las fuentes escritas hablan de madina Balaguer: una ciudad con cementerios, zonas residenciales, mezquitas, baños, alhóndigas, zonas industriales, zocos, alcázar y suda —la residencia del gobernador— y un amplio territorio circundante dedicado a la agricultura y a la ganadería. En esta época se explota intensamente el oro del río Segre.
Madina Balaguer se convirtió en una próspera ciudad en la que convivieron musulmanes, cristianos y judíos. Los restos arqueológicos del sitio de Almata y de la ciudad de Balaguer aportan muchos datos acerca de la vida diaria y costumbres de estas comunidades. Actualmente, el yacimiento arqueológico del Pla d’Almatà es el yacimiento más importante de la era islámica de Cataluña y uno de los referentes de la península. Los materiales arqueológicos expuestos constituyen uno de los conjuntos más singulares de la cultura andalusí de los siglos VIII al XII.
Hisn Balagi
Hisn Balagi presenta el castillo como centro del poder, tanto en época andalusí como en época condal. Del momento andalusí, deben destacarse las yeserías que decoraban el palacio de la taifa (construido a mediados del siglo XI) y que representan uno de los pocos conjuntos de la arquitectura islámica de esta época en la península ibérica, comparables con los restos de la Aljafería de Zaragoza o la alcazaba de Málaga: elementos vegetales, zoomorfos y epigráficos se entrelazan en un entramado de arcuaciones polilobuladas que conservan restos de la pintura original hecha a base de lapislázuli de Afganistán o rojo de cinabrio, entre otras. Después de la conquista feudal de la ciudad, el palacio se convirtió en residencia de los condes de Urgel. De mediados del siglo XIV, deben resaltarse las reformas que realizaron los condes en el palacio, de las cuales se han conservado algunos de los elementos de decoración arquitectónica, restos de vajilla común y de lujo (cerámica de reflejo metálico de Manises) y las conducciones de agua de los jardines del palacio de los condes de Urgel realizadas con alicatados y azulejos azules de Manises-Paterna.
Ciudad de Balaguer
La conquista de la ciudad andalusí por parte del conde de Urgel en 1105 supuso la ruina del núcleo urbano y la emigración de la población andalusí. La ciudad no se recuperó hasta inicios del siglo XIV, con la entrada de la Casa de Barcelona al frente del condado de Urgel, hecho que trajo consigo el impulso de numerosas obras públicas, como la iglesia de Santa María, el puente y el portal de Sant Miquel, el monasterio de Sant Domènec... que embellecieron la ciudad y que han dibujado su fisonomía tal como ha llegado hasta nuestros días. Un segundo hecho tuvo una repercusión capital en la organización urbana: la sentencia de Alfonso el Benigno según la cual los judíos debían vivir juntos pero fuera de las murallas, lo que conllevó la creación de la judería, que se construyó en unos terrenos al sur del Mercadal que quedaron incluidos dentro del nuevo recinto amurallado. Con la conquista de Balaguer por parte del rey Fernando de Antequera y la desaparición del condado de Urgel, la ciudad se incorporó a la Corona de Aragón y se inició la transición hacia la edad moderna.